domingo, 2 de noviembre de 2008

Necrofilia


Pues estaba en un Halloween, la mayoría de las personas tenía que ir disfrazada por supuesto que yo no fui así. Fue entonces cuando visualice a una especie de brujita de muy buen ver, ya que portaba una faldita muy sexy que denotaba sus preciosos aposentos; además de que su camisola dejaba ver sus dos bien formadas glándulas. Pues como soy muy tímido empecé a tomar, ya cuando estaba medio "chakas" me anime y fui con la brujita esa sabrosa. Me vi muy torpe en un principio ya que no podía articular bien y solo veía su cara de "este pendejo que me está diciendo", así que decidí no hacerme pendejo y le dije; que que onda si quería unos besos. Al principio parecía enojada pero después de que su mirada se fijo en mi pantalón acepto, fuimos a una recámara de la casa y allí empezó el fajesín. Le intensivamos bien cabrón hasta que ella pra y me dijo ay te va tu "Jalowin" y en eso, dicho y hecho me empezó a jalar la tripa. Vaya que si sabía dar "jalowín" y pues me anime y le pregunte si me dejaba darle por su calaverita. Como que no quería pero cuando se distrajo se lo deje ir y vaya que le dolío; porque cuando lo saque estaba lleno de calabaza.


Att. El "Jalo-win".

lunes, 13 de octubre de 2008

Historias Del Metro


La primera surge de una peda: " Ya ven estabamos bien pedos yo y mi amiga la "Sexcilia" así que pues en los andenes surgió la pasión, el atascón. Pues casi casi nos haciamos todo bien rifado, no nos importaban las miradas juiciosas o morbosas de los pasajeros. Lo único que buscabamos era pasarnosla bien y conocernos más a fondo. La verdad nos quedamos ganosos ya que unas llamadas a nuestros respectivos celulares nos inhibierón un poco, espero volverlo a repetir, sino es con ella con alguien más".


Att. El Ahuevoles

gracias por tu mail a elplacerdelasletras@gmail.com

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La segunda hacia la escuela: "Estaba en el metro hacia mi universidad, cuando al llenarse el vagón entro una pareja jóven. Con los movimientos y enfrenones; así como con algunos empujones. La chica de está pareja quedó volteada , con su trasero hacía mi, entonces empezarón los "arrimones" sin querer en un principio. Después a pesar de que su novio estaba junto a ella, empezó a hacerse hacia atrás y hasta movía su delicioso culo; eso sí que me engrueso la tripa bien cabrón. Estuvimos así hasta que me baje en la estación de Balderas para ir a mi universidad. Vaya que me dejó una marca, por lo menos en mi pantalón al salir del andén.


Att. El Me Engruesan La Tripa


gracias por tu mail a elplacerdelasletras@gmail.com
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Nota: Así como estos personajes no duden en enviar sus historias, nosotros las postearemos tal y como vengan. Gracias, Redacción del Golden Balls Diary.


viernes, 3 de octubre de 2008

Songs that makes you feel

Portishead - Roads

Oh, can't anybody see,
We've got a war to fight,
Never found our way,
Regardless of what they say.

How can it feel, this wrong,
From this moment,
How can it feel, this wrong.

Storm,
In the morning light,
I feel,
No more can I say,
Frozen to myself.

I got nobody on my side,
And surely that ain't right,
Surely that ain't right.

Oh, can't anybody see,
We've got a war to fight,
Never found our way,
Regardless of what they say.

How can it feel, this wrong,
From this moment,
How can it feel, this wrong.

How can it feel this wrong,
From this moment,
How can it feel, this wrong.

Oh, can't anybody see,
We've got a war to fight,
Never found our way,
Regardless of what they say.

How can it feel, this wrong,
From this moment,
How can it feel, this wrong.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Relato 01


Nos conocimos en una de esas aburridas convenciones de la empresa. Nunca conversamos, jamás nos presentaron y ni siquiera estuvimos a solas más de dos minutos. Sin embargo, nadie me ha mirado antes así, con esa intensidad y aquel deseo conmovedor. En cada una de las sesiones yo era capaz de percibir los latidos de su presencia y el torrente de su respiración. La última noche coincidimos en el pasillo del hotel, mientras entraba a su habitación y yo salía de la mía. Fueron sólo unos fragmentos de sensual eternidad, pero todo era tan claro, tan explícito y tan verdadero... Ahora él sabe que existo y en cualquier lugar del mundo podrá reconocerme con sólo mirarme a los ojos.

Cuando escuchó la voz de mi marido cerró su puerta, pero entró en mis pensamientos para siempre.


Texto obtenido del libro "Helarte de amar" de Fernando Iwasaki.